Hemos participado por tercer año consecutivo en la elaboración del Barómetro de Entidades No Lucrativas. El estudio ha sido realizado en colaboración con Fundación Deloitte y la Asociación Española de Fundraising. En esta edición de 2022 nos hemos propuesto analizar el talento y los retos para su gestión en las organizaciones del Tercer Sector.
Porque los mejores profesionales no tienen por qué trabajar solo en la empresa privada o en la Administración Pública. En el ámbito de las organizaciones sin ánimo de lucro también encontramos trabajadores altamente cualificados. Según los datos del Barómetro, el 86% de las entidades consideran que sus profesionales cuentan con las competencias necesarias para el desarrollo de sus funciones. Personas que, gracias a sus conocimientos y especialización, incluso en el ámbito de las nuevas tecnologías, están aportando un gran valor no solo a sus propias entidades, sino a toda la sociedad.
El Barómetro se ha elaborado a partir de la información de 133 entidades no lucrativas y 268 panelistas que participaron de la edición del Barómetro de Empresas en enero de 2022.
Las mismas necesidades que las empresas
El Tercer Sector emplea a más de medio millón de personas. Su volumen de ingresos, procedentes de subvenciones y ayudas públicas y de donaciones privadas, se calcula que representa el 1,4% del PIB. (*) Sus necesidades de gestión son las mismas que las de cualquier empresa: de recursos humanos, de marketing y comunicación, de proyectos, de gobernanza, de planificación financiera…
Un rasgo que comparten la mayoría de las asociaciones y fundaciones es la voluntad de aplicar el ingenio y la capacidad de optimizar al máximo los recursos disponibles para lograr mejorar la vida del mayor número posible de personas. En este punto, contar con profesionales bien formados, cualificados y altamente motivados resulta fundamental.
(*) Según el informe de la Plataforma de ONG de Acción Social: El Tercer Sector de Acción Social en España 2021: Respuesta y resiliencia durante la pandemia.
Competentes y en constante formación
Además de contar con equipos cualificados, el 97% de las entidades ofrece cursos de actualización. La formación es clave para seguir perfeccionando sus competencias y que puedan asumir nuevos retos profesionales. La formación es también un elemento motivacional.
El Tercer Sector tiene una elevada presencia femenina, tal y como ya avanzábamos desde Fundación Lealtad en nuestro estudio anual sobre el posicionamiento de la mujer en los órganos directivos de las ONG. El 65% de los puestos de dirección están ostentados por mujeres, y también el 70% de las plantillas en general. En los patronatos y juntas directivas la presencia femenina es del 48%, una paridad que no existe en el entorno empresarial.
La brecha salarial dificulta la captación de talento
El Barómetro ha constatado la existencia de una profunda brecha salarial entre las entidades no lucrativas y el sector privado. Esto sin duda dificulta la captación y retención de talento. Con estas condiciones, dos de cada tres ONG reconocen que les cuesta encontrar nuevos profesionales cualificados. Por ello, la mitad de ellas recurren a la formación interna para capacitar a sus empleados en el desempeño de nuevas funciones.
Si la brecha salarial es la principal dificultad para captar talento en el Tercer Sector, el aspecto más vocacional del trabajo en las entidades no lucrativas es lo que permite atraerlo.
Oportunidades profesionales para las nuevas generaciones
Los perfiles que más demandan las entidades no lucrativas son los dedicados a la captación de fondos y la gestión de subvenciones. Pero también, y cada vez más, necesitan talento especializado en competencias digitales, expertos en datos y medición de impacto, en estrategia de negocio y en legislación.
Sin duda, el Tercer Sector es una alternativa laboral a tener en cuenta para las nuevas generaciones de jóvenes que buscan un empleo con un incentivo motivacional. Pero para ello es imprescindible que les puedan ofrecer mejores condiciones económicas. Y resulta totalmente necesario, pues las entidades no lucrativas tienen un papel de importancia creciente en nuestra sociedad. Necesitamos jóvenes preparados y motivados capaces de fortalecer a estas organizaciones para que sigan avanzando y mejorando en su desempeño.
Empresas y ONG, una alianza reforzada
Por otro lado, las entidades no lucrativas se han ido acercando cada vez más al sector privado, también por una voluntad de buscar un propósito que dé sentido a su actividad. Las empresas, cada vez más, persiguen nuevos objetivos más allá de los beneficios económicos, quieren generar impacto social. Y en ese camino, necesitan aliados estratégicos que les ayuden a dar forma a sus estrategias de acción social.
Por ello, empresas y ONG colaboran e interactúan de diferentes maneras. Se retroalimentan y se dan soporte mutuo a través de alianzas que se traducen en objetivos compartidos y en una aportación más sólida y valiosa a la sociedad. En este camino, han surgido también nuevos perfiles profesionales en el Tercer Sector, encargados de gestionar estas alianzas para conseguir un mayor impacto social.
La profesionalización del Tercer Sector ya es un hecho. Ahora necesitamos que sus profesionales perciban una retribución más acorde a su desempeño y más equiparada al entorno empresarial. Solo así será posible reforzarlo y afianzar su peso en la sociedad. Y solo así las entidades no lucrativas tendrán garantizada esa profesionalización sostenida en el tiempo.
