Estos días resuena en los medios de comunicación y en las redes sociales lo sucedido con la Asociación Nadia Nerea contra la Tricotiodistrofia y Enfermedades Raras, y más recientemente con Paco Sanz, dos casos aislados que no pueden ensombrecer la labor de muchas otras ONG. Lo sucedido es una oportunidad para reflexionar sobre cuál es el papel y responsabilidad de los donantes, colaboradores, medios de comunicación y otros prescriptores.
Es importante conocer que las entidades no lucrativas están sujetas al marco jurídico que establecen la Ley de Fundaciones y la Ley de Asociaciones, entre otras legislaciones. Además deben entregar documentación oficial a los correspondientes registros de asociaciones o de fundaciones. Otras opciones como auditar voluntariamente las cuentas, publicar información completa sobre su gestión o contar con acreditaciones de transparencia, como el Sello ONG Acreditada de la Fundación Lealtad, son un paso más en su rendición de cuentas.
De esta forma el donante puede acceder a información detallada sobre la situación económica de las organizaciones, las actividades que realizan anualmente, la gestión que hacen de sus fondos, su presupuesto o quiénes son los responsables de la ONG, entre otros aspectos.
Ahora bien, estas herramientas solo tienen sentido si el donante toma conciencia de su responsabilidad a la hora de exigir información y transparencia a las ONG, así como de los beneficios de ser proactivo en la búsqueda de información relevante. En el Tercer Sector, el principal mecanismo de progreso, eficiencia y rendición de cuentas es el escrutinio de los donantes, los voluntarios, los medios de comunicación y de la sociedad en general. Estas palabras se traducen en interpretar la donación como un proceso donde el donante tiene que exigir y buscar información, por ejemplo, sobre los proyectos, el funcionamiento, quién y cómo toma las decisiones o si la organización trabaja en red con otras entidades.
Este nivel de exigencia no nace de la desconfianza, sino de la responsabilidad del donante que, de forma directa, incentiva a las organizaciones a que canalicen las ayudas de forma más eficiente, se comuniquen más intensamente con la sociedad y rindan cuentas de sus actividades. En este contexto, la Fundación Lealtad, como entidad independiente, tiene una propuesta para el donante particular: el Sello ONG Acreditada. Un distintivo que se otorga a aquellas entidades que cumplen con 9 Principios de Transparencia y Buenas Prácticas de gestión, tras ser analizadas por un equipo de analistas de la Fundación Lealtad y siguiendo una rigurosa metodología basada en 43 indicadores.
Bien sea usando mecanismos externos, como el Sello ONG Acreditada, o acudiendo a la información que publican las ONG, el donante puede informarse antes y después de colaborar con cualquier organización. La experiencia de la Fundación Lealtad, que desde 2001 trabaja por la promoción de la transparencia entre las ONG, demuestra que una donación eficaz parte de un buen proceso de información.
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