Ha habido un antes y un después en nuestra sociedad desde que se generalizó el uso de Internet y de las tecnologías móviles. Tener en la mano toda la información. Poder comunicarse en tiempo real desde cualquier lugar. Acceder a todo tipo de servicios sin importar el día ni la hora. Disponer de infinidad de alternativas de ocio digital y de formación online. Contar con herramientas que facilitan nuestro trabajo y simplifican nuestro día a día…
Efectos negativos por un mal uso
En el lado contrario, podemos hablar de lo que puede representar un mal uso de la tecnología, tanto por los fines a los que se destina como por el exceso de tiempo de dedicación. Existen casos en los que la tecnología se utiliza para atentar contra la integridad de otra persona.
Es el caso del ciberacoso o ciberbullying, que hoy día se materializan a través de WhatsApp, Instagram o TikTok. El IV Informe ‘La opinión de los estudiantes’ sobre acoso escolar recientemente elaborado por Fundación Anar y Fundación Mutua Madrileña pone de manifiesto la magnitud de estas prácticas.
También del acoso sexual o sexting (tanto a menores como a adultos) a través de redes sociales o de contactos. O incluso del acceso temprano al consumo de contenidos pornográficos en Internet, que puede confundir a los más jóvenes respecto a la normalización de determinadas prácticas sexuales o de actitudes violentas.
Efectos negativos por exceso de uso
Asimismo, existen perjuicios derivados de una relación ‘tóxica’ con los dispositivos electrónicos que puede devenir en una adicción. Por ejemplo, el uso indiscriminado del teléfono móvil, de internet o de las redes sociales puede derivar en obsesión, insomnio, aislamiento, pérdida de comunicación interpersonal, dolor de cabeza, problemas de visión… Y estrés y agresividad cuando nos vemos privados de ello.
Del mismo modo, la adicción a los juegos de azar online o a los videojuegos provoca irritabilidad, ansiedad, alteraciones conductuales, agresividad, bajo rendimiento académico o laboral, problemas de visión, trastornos del sueño, etc.
Informar, concienciar, prevenir
Para evitar llegar a estos niveles de exposición y dependencia de los dispositivos existen tres vías: la información, la concienciación y la prevención. Y si hablamos de menores, es fundamental trabajar también con sus progenitores.
En ocasiones, los padres se dan de bruces con una situación de adicción a la tecnología, o de ciberacoso, sin haber sido conscientes del proceso previo. Bien por pasar demasiado tiempo trabajando, por falta de conocimientos tecnológicos o por ausencia de comunicación o de control respecto a lo que hacen sus hijos, cuando el problema toma cuerpo ya es momento de buscar ayuda externa.
Reeducación digital
Normalmente, los adultos y los padres de menores que acuden a estas ONG se enfrentan ya a un problema en toda regla que necesitan resolver, y no tienen armas por sí mismas para conseguirlo. El apoyo que ofrecen los expertos en adicciones –normalmente psicólogos especializados– es fundamental para superar con éxito el tratamiento.
El objetivo es conseguir la reeducación digital del paciente. A diferencia de las adicciones a sustancias tóxicas, por ejemplo, no se trata de eliminar de forma radical su consumo, sino de ser capaces de realizar un uso controlado de la tecnología y de mantener una relación saludable con ella.
Prevención frente al ciberacoso
Los casos de ciberbullying o sexting son más complicados, porque la relación ‘tóxica’ es entre víctima y agresor. Y normalmente no va a ser este último el que acuda en busca de ayuda…
La forma de prevenir estas situaciones es concienciarnos de la importancia de proteger la privacidad. De no aceptar peticiones de amistad de desconocidos. De elegir bien el contenido que compartimos a través de las redes. De obviar a los haters. De no tener miedo a bloquear o denunciar a otro usuario. Y de poner sobre aviso al colegio, a los órganos gestores de las redes sociales o a la policía.
Pero sobre todo, es esencial, en el caso de los menores, construir una relación de confianza en la familia. Se trata de que ellos se sientan cómodos y libres para contar a sus padres lo que les sucede. Solo así estos podrán identificar el problema y buscar soluciones y ayuda externa, antes de que les provoque un daño irreparable.
Búsqueda de ayuda externa
Llegados a este punto, el Tercer Sector cuenta con organizaciones que se dedican precisamente a ofrecer este apoyo no solo en la sensibilización y prevención, sino también en el tratamiento. Es el caso de estas ONG Acreditadas con el sello Dona con Confianza:
- ANAR tiene por misión fundamental velar por los derechos y el bienestar de niños y adolescentes. Cuenta con una línea de apoyo para menores: Teléfono/Chat ANAR 900 20 20 10.
- Fundación Adsis tiene entre sus líneas de acción la prevención de tecnoadicciones en adolescentes. Para ello, parten de una primera fase de educación sobre el uso saludable de la tecnología, en la que implican tanto a las familias como a los centros educativos. Actualmente cuentan con programas de actuación en diversas regiones de España.
- Fundación Hay Salida se dedica al tratamiento de todo tipo de adicciones, y dentro de ellas tienen una línea de adicción a los videojuegos. Los tratamientos incluyen diagnóstico, consultas individuales, adquisición de hábitos saludables, entrenamiento de habilidades sociales y terapia de grupo.
- Fundación Recal también está especializada en tratar adicciones, con o sin consumo de sustancias. Y es que todas ellas tienen en común el abuso o exceso de exposición y una relación de consumo o comportamiento que altera el estado de ánimo. La adicción a la tecnología es clasificada como comportamental, y como cualquier otra, necesita ser tratada tanto a nivel individual como con la implicación de la familia.
- Proyecto Hombre. Conocida por el tratamiento de drogodependencias, también ha desarrollado nuevas unidades para atender otro tipo de adicciones. En el caso de Proyecto Hombre Granada, por ejemplo, cuentan con un área de Tecnoadicción que trata problemas de abuso de móviles, videojuegos, redes sociales, así como problemas de ciberbullying o sexting. Proyecto Hombre Madrid proporciona tratamiento de nuevas adicciones en jóvenes y adolescentes como el uso inadecuado de las nuevas tecnologías (uso excesivo de móvil, juego patológico, apuestas deportivas, sexting, ciberacoso…). Asimismo, ofrece asesoramiento y formación a las familias de los pacientes.
Todas ellas desempeñan un importante papel para la sociedad actual. Apoyar sus proyectos es una forma de contribuir a construir una sociedad más sana digitalmente hablando. Y también a crear una red de apoyo para muchas personas que no saben cómo dar la vuelta a estas realidades.
Las denominadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son una puerta abierta al mundo, y también un mundo de oportunidades… para quien se ha podido subir al carro de la digitalización. Porque todavía existe una importante brecha social en este sentido. Pero eso ese tema lo trataremos en otro artículo.