La presencia de la mujer en los puestos de poder político, social y económico es clave para lograr un futuro igualitario. Este año la ONU pone el foco en el liderazgo femenino como tema principal del Día Internacional de la Mujer 2021. Una cuestión que también aborda el Informe de la Brecha Global de Género 2020, que denuncia que no alcanzaremos la paridad a nivel mundial hasta dentro de un siglo.
En Fundación Lealtad, llevamos años analizando la representación de la mujer en los puestos de mayor responsabilidad de las ONG Acreditadas. Tras un 2020 marcado por la COVID-19, también hemos querido hablar con una presidenta y una directora de estas organizaciones para saber de primera mano cuáles han sido los retos a los que se han enfrentado.
El Tercer Sector, por delante en materia de igualdad
La presencia femenina en las ONG Acreditadas es mayor que en otros ámbitos como el científico y el empresarial. Es una de las conclusiones que revelan nuestros datos, tras examinar el promedio de mujeres en los órganos de gobierno de las 219 ONG que cuentan con nuestro Sello. Se trata de un 45%, lo que supone 996 mujeres en puesto de primer nivel.
Esta cifra sitúa al Tercer Sector a la cabeza en materia de igualdad, si lo comparamos con la actividad y promoción científica del CSIC, donde las mujeres ocupan el 27% del escalafón más alto (profesoras de investigación). También está por delante de las empresas cotizadas, donde las mujeres sólo representan el 24% de los consejos de administración. Solo queda por detrás del ámbito político, en el que las mujeres representan el 47,5% de los cargos ejecutivos de los principales partidos.
El balance es muy positivo, pero si analizamos los datos en detalle, observamos diferencias. Las mujeres son mayoría (56%) en el órgano de gobierno de entidades pequeñas, es decir, con un presupuesto inferior a 300.000 euros anuales. A medida que aumenta el tamaño de la ONG, el porcentaje de mujeres disminuye hasta alcanzar el 39% en organizaciones que manejan un presupuesto superior a los 5 millones.
La representación femenina en las ONG Acreditadas (45%) es mayor que en el ámbito científico (27%) y el empresarial (24%)
Ocurre lo mismo a nivel de plantilla, ya que en entidades de hasta 10 de empleados, la representación de la mujer en el órgano de gobierno es del 47%, mientras que en aquellas que superan los 50 trabajadores, la cifra baja al 32%.
Además, el 47% de las ONG Acreditadas están dirigidas por mujeres, que manejan en su conjunto más de 350 millones de euros, atienden a 34 millones de beneficiarios, tienen casi 7.000 empleados a su cargo y agrupan alrededor de 80.000 voluntarios.
Sin embargo, estos datos no son proporcionales a la participación de la mujer en el Tercer Sector, pues dos de cada tres personas contratadas son mujeres, según la Plataforma de ONG de Acción Social. Esta representación mayoritariamente femenina también se da en el voluntariado, donde seis de cada diez personas son mujeres de acuerdo con la Plataforma del Voluntariado en España.
El 47% están dirigidas por mujeres que manejan en su conjunto más de 350 millones de euros y tienen casi 7.000 empleados a su cargo.
A la hora de seleccionar los ámbitos donde ejercer la solidaridad, hombres y mujeres siguen siendo fieles a los roles de género tradicionales: ellas eligen voluntariado educativo o el sociosanitario, mientras que ellos se decantan por protección civil, deporte o internacional.
Respuesta frente a la COVID-19
Las mujeres se encuentran en la primera línea de la crisis de la COVID-19 como trabajadoras de la salud, cuidadoras y organizadoras comunitarias. La pandemia ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas que soportan. Pero siguen demostrando sus habilidades y conocimientos para liderar eficazmente los esfuerzos de respuesta y recuperación ante la situación actual.
Cristina Cuadrado, directora de la Fundación Pequeño Deseo, relata cómo la pandemia afectó directamente a la organización y la enorme responsabilidad que sintió al encontrarse con una situación nueva e inesperada: “Tuve que realizar un ERTE de todos los trabajadores porque nuestra actividad se redujo en gran medida. Seis meses después, viendo que la situación no mejoraba, tomé la difícil decisión de reestructurar la plantilla. Fue muy complicado, pero debíamos adaptar la estructura a la realidad para no tener que tomar medidas más drásticas después”.
La claridad y la transparencia con el equipo en todo momento ha sido clave para sentirse respalda por ellos: “Creo que se ha generado una enorme implicación y solidaridad del equipo, que a pesar de la situación y de estar teletrabajando, nos hemos unido más”. Y añade que el secreto ha sido anteponer la misión de la Fundación frente a los intereses individuales.
Por su parte, Loles Díaz Aledo, nueva de presidenta de la ONG Grandes Amigos que anteriormente ya era miembro del Patronato, también tuvo que reorganizar su actividad y estructura, formada principalmente por voluntarios: “Nuestro principal objetivo era permanecer al lado de las personas mayores para combatir su soledad en una situación tan complicada. El equipo y el voluntariado, derrochando imaginación y creatividad, idearon y pusieron en práctica actividades seguras e innovadoras, como continuar el acompañamiento por vía telemática, como vídeo, teléfono o carta”. La estrecha colaboración entre el Patronato y la dirección está siendo fundamental para hacer frente a los efectos de la COVID-19, señala.
Pese a las dificultades, tanto presidenta como directora tomaron medidas inmediatas para poner a los beneficiarios en el centro y no dejar a nadie atrás. Las ONG Acreditadas cuentan con iniciativas en favor de la mujer desde diferentes ámbitos: educación con perspectiva de género, inclusión de la mujer indígena, emprendimiento inclusivo, sensibilización contra la mutilación femenina, becas para madres en situación de vulnerabilidad, atención a hijos de madres presidiarias y muchos más. Consulta aquí algunos de sus proyectos.
