Los incendios forestales que asolaron Galicia hace unas semanas y que todavía hoy golpean California nos recuerdan que nuestra actividad tiene un impacto sobre el planeta y que la reconstrucción post pandemia debe hacerse en clave medioambiental.
Tuvimos oportunidad de comprobarlo durante el confinamiento, período en el que se redujeron un 17% las emisiones de carbono globales diarias según la revista Nature. El aire estaba más limpio y la fauna conquistó algunos paisajes urbanos. La nueva normalidad plantea grandes retos sanitarios y socioeconómicos, pero entre la incertidumbre aflora una certeza: nadie quiere volver a los niveles de polución previos a la COVID-19.
Hábitos diarios para frenar la contaminación
¿Qué puedo hacer yo para cuidar del medioambiente? Si alguna vez te has hecho esta pregunta, es probable que ya recicles en casa o que hayas sustituido la bolsa de plástico por una de tela a la hora de hacer la compra. Cualquiera de estas pequeñas acciones son grandes actos que influyen en nuestro entorno. La Fundación ECODES, cuyo objetivo es acelerar la transición a una economía verde, inclusiva y responsable, nos da algunas pistas para llevar una vida más saludable y sostenible con iniciativas diarias que promueven la salud y el medio ambiente.
En el ámbito de la energía, por ejemplo, podemos aportar más de lo que imaginamos desde nuestros propios hogares. Decisiones como regular el termostato de la calefacción a 20ºC por el día y 17ºC por la noche o mantener la temperatura del aire acondicionado a 26ºC como mínimo, sustituir lámparas incandescentes y halógenas por lámparas LED y de bajo consumo, desconectar el stand-by de aparatos eléctricos mediante interruptores y regletas, y comprar electrodomésticos eficientes clase A+++ se enmarcan en la lucha contra el cambio climático.
La educación ambiental es fundamental para fomentar el consumo responsable. Si tomamos conciencia ecológica, evitaremos comprar cosas innecesarias e intentar alargar la vida de los objetos y repararlos antes de tirarlos. O mejor aún, donarlos a un ONG que les dé una segunda vida como Madre Coraje, que no sólo reutiliza ropa, calzado y objetos materiales, sino también aceite y aparatos electrónicos.
Un cambio de hábitos en nuestra alimentación tiene el poder de modificar los modelos de consumo. Reducir la compra de carne en favor de verduras y hortalizas, decantarnos por productos locales y de temporada o apostar por la agricultura ecológica no sólo es bueno para nuestra salud, sino para la del planeta. Además, si quieres que tu dieta contribuya a unas relaciones económicas más solidarias y sostenibles, te recomendamos que practicas el comercio justo colaborando con ONG que trabajen en esta línea como Ayuda en Acción, Fundación Adsis y Proyde.
Otro gesto diario con el que podemos dar un respiro a la tierra es utilizar la bicicleta en lugar del coche para desplazarte. Si encima te animas a caminar, tu corazón notará los beneficios. Y de una rutina a otra, la de cerrar el grifo. Además de ducharnos en lugar de bañarnos para ahorrar agua, podemos instalar sistemas de grifería e inodoro eficientes como la ducha termostática, cisterna ahorradora de doble descarga, grifos con apertura central en frío, regulador de caudal, difusor…
Como ves, el cuidado del medio ambiente puede empezar por uno mismo y desde casa. Estos hábitos son solo algunos ejemplos que podemos incorporar en nuestro día a día. Consulta las ONG Acreditadas cuya actividad aborda la sostenibilidad de los recursos naturales y descubre cómo dar un paso más con ellas.
Colabora con proyectos con impacto medioambiental
Hemos hablado de lo que podemos hacer a nivel individual para reducir la contaminación, pero ¿qué hay de las empresas? No es casualidad que el medioambiente sea uno de los pilares de la Agenda 2030 y que esté presente de manera transversal en prácticamente todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Tampoco es insustancial que tres de los 10 principios del Pacto Mundial apelen a la responsabilidad medioambiental de las empresas.
Como agentes influyentes y de cambio social, las empresas han entendido que son vitales en la lucha contra el cambio climático y han puesto en marcha acciones para apoyar la transición hacia un modelo energético y productivo sostenible: desde la eliminación del plástico de un solo uso en oficinas y el reciclaje del 100% de los residuos, pasando por el consumo de electricidad procedente exclusivamente de energías renovables y la apuesta por la economía circular como modelo de producción y consumo. Como empresa socialmente responsable, te animamos a que colabores con ONG Acreditadas, pues muchas de ellas cuentan con proyectos con impacto sobre el ecosistema.
Por ejemplo, la Sociedad Española de Ornitología SEO/BirdLife, que lucha por la conservación de la biodiversidad, desarrolla proyectos conjuntos con entidades públicas y privadas para mejorar la conservación de la naturaleza, fomentar la educación ambiental y animar a la participación ciudadana en la construcción de un futuro verde. Además, cuenta con un programa de voluntariado corporativo donde los empleados pueden colaborar en repoblaciones, restauraciones de espacios, instalación de cajas de nido, etc.
La Fundació Cassià Just, (Barcelona), por su parte, ha puesto en marcha un huerto solidario para crear un espacio educativo donde se fomente el respeto al medio ambiente y generar oportunidades laborales. Mientras que la Fundación Energía Sin Fronteras, además de extender y facilitar el acceso a los servicios energéticos y de agua potables, cuenta con iniciativas de energía renovables.
Estas son solo algunas de las entidades sin ánimo de lucro con las que puedes colaborar desde tus programas de acción social. Consulta nuestro buscador de ONG Acreditadas para identificar más o ponte en contacto con nosotros.
