Nuestro país tiene una larga e importante tradición turística. La hostelería y la restauración dan empleo a 1,5 millones de personas y ofrecen una oportunidad profesional a diferentes colectivos.
Un ejemplo: algunas comunidades autónomas que han acogido a refugiados ucranianos están ofreciéndoles cursos de formación en hostelería. Porque, eso sí, es una actividad que requiere una formación especializada. En España contamos con una amplia red de escuelas y ciclos de hostelería.
Potencial de empleo y demanda no cubierta
Según el informe ‘La FP y el sector Hostelería-Restauración’ del Observatorio de la Formación Profesional, el sector creará cerca de 900.000 puestos de trabajo en esta década. Sin embargo, en las últimas semanas estamos escuchando que existe una demanda de camareros que no consigue cubrirse. Un dato: a principios de junio, la plataforma de empleo Infojobs registraba más de 25.500 vacantes para cubrir la campaña de verano.
Son varias las entidades del Tercer Sector que se han centrado en facilitar la inserción sociolaboral de los colectivos con los que trabajan a través de la hostelería. Jóvenes inmigrantes, personas con diversidad funcional, jóvenes en riesgo de exclusión entre otros. Estos grupos están encontrando una forma de labrarse un futuro profesional. La alta demanda actual de profesionales puede ser para ellos una gran oportunidad.
Formación con una alta empleabilidad
Una de estas organizaciones es Cesal. Su programa de gastronomía social apuesta por la formación de colectivos vulnerables para que puedan trabajar en este sector. Desde su Restaurante Escuela Las Águilas en Aluche, y su cafetería La Quinta Cocina, está formando anualmente a unos 200 jóvenes. De ellos, más del 70% logra un empleo de forma inmediata.
“Desde Cesal hemos tejido durante años una red de chefs, restaurantes y empresas hosteleras que han ido confiando en nuestro método y en los jóvenes que acompañamos, a pesar de sus dificultades de partida. Hemos pasado de llamar a los restaurantes para pedir oportunidades para nuestros alumnos a que sean ellos quienes nos llaman solicitando que les mandemos jóvenes para contratar”
Pablo Llano, director general de Cesal
Aprendizaje servicio en la escuela de cocina
Fuera de Carta es el restaurante escuela en Madrid de la Asociación Norte Joven. Se inauguró en 2016, y es una oportunidad de degustar un menú elaborado, emplatado y servido por sus alumnos de cocina y sala. Se enfoca principalmente al mundo empresarial, ofreciendo una alternativa diferente y solidaria para celebrar almuerzos corporativos y reuniones profesionales.
En palabras de Mercedes Negueruela, su directora: «Fuera de Carta es una oportunidad para que el alumnado que formamos en Hostelería realicen prácticas de trabajo en un entorno real propiciando que el tejido empresarial pueda disfrutar de la experiencia. Para nuestros alumnos es una oportunidad muy enriquecedora y la valoran muy positivamente. Como entidad nos ayuda en la sensibilización para generar oportunidades para un primer empleo y nos ayuda en la sostenibilidad». Sabemos que es garantía de éxito porque allí hemos celebrado una reunión del patronato de Fundación Lealtad.
Además, con la filosofía de aprendizaje servicio, los alumnos del taller de Cocina en Villa de Vallecas han preparado comidas, que se han entregado a familias en situación de vulnerabilidad o exclusión social del entorno. Con la metodología de aprendizaje-servicio los alumnos aprenden a cocinar cocinando para otros. Supone una motivación extra y una oportunidad para mejorar sus destrezas profesionales y favorecer su acceso al empleo.
Cocina de reaprovechamiento
Otro ejemplo es la fundación Formació i Treball. Tiene un modelo similar de escuela restaurante denominado D’ins, situada en Sant Adrià de Besòs, Barcelona. Desde su apertura en 2013 han acogido en sus aulas a más de 2.600 alumnos y han facilitado el acceso al mercado laboral a 680 personas.
D’ins ofrece servicios de restauración, catering y servicio a colectividades, y tiene entre sus clientes a entidades públicas, centros educativos, empresas privadas y ONG. Con este proyecto no solo impulsan la inserción laboral y la alimentación saludable de las personas más vulnerables. También apuestan por la sostenibilidad, tratando de minimizar la generación de residuos alimentarios a través de una cocina de reaprovechamiento. Su objetivo es seguir un modelo de economía circular que promueve cuatro impactos: económico, social, ambiental y comunitario.
Una propuesta integradora y comprometida
MO de Movimiento es otra iniciativa de interés, también situada en Madrid, concretamente en el antiguo Teatro Espronceda. Su propuesta gastronómica combina tres elementos: la sostenibilidad, la integración social y la apuesta por los pequeños productores de proximidad y el desarrollo de las economías locales.
El proyecto está impulsado por dos socios de referencia en el ámbito de la restauración, y la “pata social” la proporcionan entidades como Fundación Tomillo, Asociación Norte Joven y Fundación Envera, entre otras. A través de ellas llegan los empleados (son 40, de 16 nacionalidades diferentes), personas en riesgo de exclusión social que han encontrado una oportunidad gracias a la gastronomía.
Servicios de catering solidarios
El catering AMÁS Antojo, impulsado por Fundación AMÁS Empleo en Madrid promueve la inserción laboral de personas con discapacidad intelectual. Ofrece servicios a empresas y particulares para eventos y todo tipo de celebraciones. En torno al 40% de su equipo son personas con discapacidad intelectual, que trabajan tanto en la elaboración como en el servicio a clientes.
Otra propuesta de catering social es el proyecto SocialRoom de Down Madrid. Cuenta con un espacio multifuncional, situado en la zona de Plaza de Castilla, para la organización de eventos corporativos. Y ofrece un servicio de catering atendido por personas con discapacidad intelectual del servicio de empleo y del Centro Ocupacional de Down Madrid.
También la iniciativa Cuina Justa de la Fundació Cassia Just centra su actividad en este segmento gastronómico. Ofrece sus servicios de catering para empresas e instituciones y comedores escolares en Barcelona. El 70% de su plantilla son personas con discapacidad.
Otras iniciativas gastronómicas inclusivas
Existen otras muchas iniciativas que podríamos mencionar que utilizan la alimentación como elemento de integración. Como los proyectos gastronómicos de Amadip Esment, que a través de varios locales en Mallorca ofrecen servicios de cafetería, comida para llevar y productos de panadería. Todos ellos generan empleo para personas con discapacidad intelectual.
O el obrador de chuches de Fundación A La Par, atendido por personas con discapacidad intelectual, que prepara tartas, cupcakes, brochetas y todo tipo de productos utilizando como ingrediente las golosinas.
Esta fundación tiene también en la calle Arturo Soria de Madrid un local de la franquicia Rodilla. Ofrece los mismos productos que el resto de los establecimientos de la cadena, pero está gestionado por personas con discapacidad intelectual.
La formación especializada es clave para acceder al empleo. Por eso, entidades como la Fundación Tomillo en Madrid van ampliando su oferta de cursos de Cocina y Restauración. Los últimos que ofrecen son Experto en Sushi y Cocina Japonesa, de Bartender para especializarse en la elaboración de cócteles, o para la Atención y Venta en Pastelería y Bollería.